Mememto Mori, 2015
Grandiosa fue la sorpresa al escuchar este aplastante registro creado por COFFINCRAFT, cuarteto oriundo de Finlandia, donde el frio cala profundo en los huesos, pero hace brotar las semillas más selectas del género Death Metal. Sabemos muy bien sobre las bondades de Escandinavia y lo nutrida que ha sido su cosecha dentro del género metalero en las últimas décadas, sobre todo el Death y Black Metal. En Finlandia no sólo se fabrica el mejor Vodka, sino que se cultiva uno de los mejores escenarios para este tipo de bandas que brotan año tras año. No termino de sorprenderme.
Desde 2005 y con dos producciones anteriores a esta, como Bestial Conclusions (EP; 2010) y Shockwave of Truth (EP, 2012) COFFINCRAFT escudriñó su mejor arma. Sigilosamente calentaron los motores para generar y procrear su más logrado trabajo que es este disco debut que edita Mememto Mori -sello Español que merece una columna aparte por su buen ojo en los lanzamientos-.
In Eire Slumber arremete de la mejor forma con Impious Spawn, tema que me remonta a fines de los ’80 e inicios de los ’90, cuando bandas como CARNAGE, ENTOMBED o DISMEMBER nos deleitaban con sus ya memorables y celebrados registros, que para muchos son piezas clave para los cimientos de ese lado de la escena europea. COFFINCRAFT suena a Death Metal sueco. Sí, eso nadie lo discute.
Exalation of Fornication, corte que sigue, demuestra que COFFINCRAFT tiene una gran inspiración en el viejo ENTOMBED, pero al mismo tiempo inyecta la dosis justa de su propio entorno. Sin salirse de ningún carril, este cuarteto se dirige claramente en la búsqueda de ese viejo y roñoso sonido que tanto disfrutamos en el Death Metal. Su estilo es bastante crudo y simple, sin muchos arreglos ni solos de guitarra, pero de ninguna manera pierde fuerza ni brillo.
Otros cortes como Ill Verdict, nos aclaran que este grupo también tiene ganas de bajar la velocidad inyectando melodías y riffs que harán que tu cuello no deje de cabecear. En The Claimant siguen con el barroso y lento poder sonoro de sus inquietantes riffs, cada vez más densos y hechos a la medida, confundiéndonos incluso si se tratara de una banda de Doom Death.
Los ocho cortes que completan este trabajo se complementan a la perfección. Si tuviera que agregar algo, quizás una buena dosis de inspirados solos de guitarra habrían hecho de este registro algo sublime. Por ahora, me conformo con la sensación de que vendrán más producciones de esta aún joven agrupación que seguramente, nos tiene varias jugadas guardadas.
Andrés Padilla