La Patagonia chilena se tiñe del ardiente Metal
Por Andrés Padilla
Pocas veces me ha llamado tanto la atención un evento como lo hizo la inminente segunda versión del NATALES METAL FEST. Programado para el próximo 7 de Febrero, y con la participación de ATOMIC AGGRESSOR (Santiago), BELIAL (Valparaíso), ATTACKER BLOODY AXE (Valdivia), EXAMINATVM (Punta Arenas), o BLASFEMATORIO (Puerto Montt) o DEATH CRUSH (Rio Gallegos, Argentina) entre otras, esta congregación de metaleros hará nuevamente historia en las tierras magallánicas.
Ustedes se preguntarán ¿qué tiene de especial este evento, si hay tantos otros similares, quizás con mejor cartel y producción? Estoy seguro de que cuando terminen de leer este artículo sabrán entender realmente los motivos que tuve para escribirlo.
Recuerdo cuando era un adolescente a fines de los ochenta. A esa altura ya contaminado con el fervor del virulento Metal que se propagaba por todos los rincones de mi pieza. Para los entonces “metaleros chilenos” era un verdadero sueño poder ver en Chile, en vivo y en directo, a alguna banda consagrada. Habían visitado Chile sólo los brasileños VULCANO, y sin quitarle méritos a esta legendaria agrupación Brasilera, no eran, precisamente, la banda extranjera que imagino todos querían ver por primera vez en el país. Era lo que había. Méritos a parte para Yanko Tolic, fundador de MASSACRE que en esos lejanos días, se embarcaba en una odisea poco vista en la juventud chilena, organizar conciertos metaleros a punta de esfuerzo y sacrificio. Pasan los años y de vez en cuando me cruzo con historias muy parecidas.
Eran los tiempos del Manuel Plaza o la Sala Lautaro, y más allá de los precarios eventos donde se aventuraban tanto músicos, productores como fanáticos, la magia de estar ahí ayudando a construir una escena era lo más gratificante que uno podía pedir a cambio. Lo digo porque eran los tiempos en que costaba mucho hacer las cosas, más aún hacerlas bien. Todos éramos amateurs y aprendices de una doctrina que estaba en pañales en nuestras tierras. Yo mismo recuerdo con gracia y sin ninguna vergüenza admito que intentaba escribir cartas al extranjero. Se las pasaba escritas a mano (en español) a un amigo, para que su padre (profesor de inglés) me las tradujera y, luego de una semana de espera, mandarlas por correo para volver a esperar un mes y, con suerte, recibir una respuesta. Tiempos aquellos.
Con convicción y entusiasmo estábamos empujando nuestros sueños y anhelos en pos de lograr algo significativo para cada uno. En mi caso, recibir una respuesta de alguna banda extranjera, o en el caso de un músico, imagino que tocar en vivo frente a sus fans.
¿Quién iba a pensar que íbamos a tener fans o lectores? Ni pensarlo. De eso se trababa lo de hacer “escena”.
Ahora bien, ¿qué tienen que ver estos recuerdos con un evento como Natales Metal Fest? Pues mucho. Han pasado más de veinticinco años y aún sigo sintiendo ese cosquilleo cuando me cruzo con historias como las de los Búfalos Mojados, organizadores de este evento.
Son un puñado de entusiastas metaleros que decidieron ponerse serios y actuar de una vez: montar en Puerto Natales, su ciudad natal, un evento que convoca a varias de las mejores agrupaciones Death Metal del país, simplemente porque sí. Hacer historia, como muchas veces se ha hecho historia en estas lejanas tierras. No queda otra, dicen. A veces hay que tomar el toro por las riendas. “Teníamos muchas ganas de ver renacer la escena Natalina”, comenta Roberto Artigas, uno de los principales miembros de esta agrupación. “… Y de que las generaciones de hoy tengan el apoyo que nosotros no tuvimos”, agrega.
“Somos prácticamente treinta personas”, calcula Artigas, “pero las cabezas de esta agrupación somos diez, todos, de una u otra forma, relacionados con el metal!”. Lo curioso es que tras preguntarle por qué decidieron llamarse así, Artigas admite que “el nombre nació en una de las tantas tertulias baconianas (alcohol, cordero y truco) que hacemos desde los ‘90s.”, asegura sin temor a reconocer que, “la verdad es que nadie se acuerda el momento exacto del nacimiento del nombre, pero nos sentimos identificados con él y eso es lo que a nosotros nos importa.”
Para quienes han visitado esta hermosa localidad, sabrán perfectamente lo aislado y remoto de su ubicación. El aeropuerto más cercano está en Punta Arenas. Desde la gran ciudad magallánica se necesitan varias horas para arribar a Natales. No olvidemos la no despreciable suma de “pesos” que hay que desembolsar para llegar a Punta Arenas usando las pocas alternativas que existen: avión o por tierra (descartado totalmente en estos casos). Otro factor a considerar es que si no fuera por la magnánima belleza del Parque Torres del Paine (ubicado a otras tres horas de Natales), esta ciudad prácticamente pasaría a ser tan o más importante que otras localidades cercanas como lo son Porvenir.
Es un lugar estratégico, donde un grupo de locos metaleros decidieron lograr sus sueños sin absolutamente ningún auspicio de privados. Simplemente metiéndose la mano en el bolsillo y con la convicción de que más allá de que no sea un negocio rentable, al corto plazo al menos -ya ven lo que pasa ahora en el pueblito alemán de Wacken- su principal objetivo es, a toda costa, tener a los mejores exponentes del circuito Underground metalero nacional tocando y destrozando cráneos en sus propias tierras magallánicas.
Artigas comenzó haciendo “escena” en Natales a inicios de los ’90 al editar el histórico fanzine Death Attomic. “Una vez que nos empezaron a llegar flyers de fanzines, bandas y tape trader”, recuerda, “nació la idea con mi amigo Cesar Cárdenas de hacer un magazine”, precisando que “por estos lados no habían revistas de este tipo de música, solamente se conocían en Pta. Arenas (Dysneylandya Zine, Possessor Terror Zine, Silent Scream Zine). Comenzamos a juntar material de bandas chilenas para hacer nuestro número de Death Attomic Mag, y te digo que fue toda una experiencia inolvidable, conocimos mucha gente y todo por intermedio de cartas. Fue algo muy motivante para nosotros como bangers.”
“El primer NATALES METAL FEST”, relata Artigas, “se realizó el día 22 de febrero del 2014 y contó con la participación de las siguientes bandas: INFECTO (Rio Gallegos), KRULL (Punta Arenas), BLASFEMATORIO (Puerto Montt), ANAL DESTRUCTOR (Valdivia), ABREKADAVER y FLESH HUNTER AND ANALASSAULTERS (Coyhaique)”, concluyendo que, “se juntaron la no despreciable suma de 250 maniáticos del más oscuro metal.”
“Fue genial, a pesar de los nervios y diferencias que van surgiendo en esos momentos, tuvimos mucha ayuda de las bandas que vinieron a la primera versión y nos sirvió para tener plena conciencia de que los Búfalos Mojados somos una agrupación SÓLIDA!
Tuvimos un respaldo que no esperábamos en esa oportunidad, vino mucha gente de otras regiones de Chile y de la Patagonia Argentina. Ellos nos entregaron la confianza como para dar un paso más en nuestro proyecto.”
Al tratarse de un evento hecho a pulso y con el corazón, más aún sin aportes de empresas privadas, es difícil imaginar cómo es posible hacer realidad un show de tamaña envergadura. Estamos hablando de una veintena de pasajes de avión, sumando alojamientos, transportes desde Punta Arenas, etc. Es una logística que nos hace darnos cuenta que estamos hechos para conquistar nuestros mayores desafíos.
“Aportes de los Búfalos y ayuda desinteresada de mucha gente que nos rodea”, es lo primero que admite Roberto Artigas cuando se lo planteo. “Este es un tema muy complejo”, reconoce, “traer una sola banda hasta Magallanes es todo un desembolso (piensa sólo en los pasajes v/s cantidad de asistentes), luego moverlas hasta Puerto Natales ya nos complica las cosas, es por eso que estamos muy contentos con la ayuda que nos han dado las bandas que entendieron toda la logística que se necesita para que este evento resulte en Puerto Natales”.
Considerando que posterior a este artículo, quizás algunas bandas van a querer participar. ¿Cómo es el proceso de elección de las bandas?
“Están todas las bandas invitadas”, asegura entusiasmado, “nosotros trataremos de hacer lo mejor posible siempre”, aunque reconoce que “habían muchas bandas más (de la vieja y de la nueva escuela) que querían venir a esta jornada de metal oscuro pero, lamentablemente, las billeteras reventaron.”
Tomando en cuenta como define Artigas la filosofía del metalero “cruo”, magallánico: “Carnívoro, nihilista, alcohólico y metalero hasta la médula. Y con sed, siempre con sed!”, cualquier cosa es posible.
Sus objetivos son claros: “Sin lugar a dudas”, asegura tajantemente, “volarles la cabeza a los bangers que vengan al evento y tratar de establecerlo como una fecha fija en la escena nacional. Queremos que las bandas nacionales vengan a la Patagonia y muestren de que están hechos, porque pueden estar seguros que los metaleros locales van a mostrar que ellos son de acero!”
NATALES METAL FEST II se asoma como el evento más importante de la región para la escena underground metalera del extremo sur de Chile. Sin quitarle méritos a otros festivales, sobre todo los de la Isla de Chiloé, este brilla no sólo por la inmensa belleza de su entorno, sino por su aislado y remoto acceso, convirtiéndolo en el capricho más exótico hecho para los más valientes y acérrimos Thrashers que habitan Chile y países vecinos.