The End Records, 2018
Inevitablemente, cada vez que aparece una nueva producción de los Terrorizer, no puedo dejar de remitirme a su maravillosa opera prima de 1989 World Downfall… y bajo esa odiosa e ineludible comparación, nada pareciera estar a la altura, es que ese álbum es la perfección hecha Grindeath!, pero resulta que este Caustic Attack no es nada malo y si World Downfall no hubiera existido, estaríamos llenándolo de elogios.
Si bien, la sensación general que queda, después de oírlo por completo, es que estamos frente a un álbum mucho más Death Metal que Grind Core, (al igual que todos sus álbumes posteriores a World Downfall), lo bueno es que sigue oliendo a Terrorizer. Y claro, el maestro Pete Sandoval esta de vuelta en los tarros (después de una seria operación a la espalda y un extraño periplo religioso) siendo el único integrante original de la banda, entregando con renovadas energías esos impecables blast-beats a los que nos tiene acostumbrados (en esta banda, como en sus discos con Morbid Angel). Por lo tanto, el sello Terrorizer, está asegurado.
En esta oportunidad lo acompañan Lee Harrison en la guitarra (mítico baterista de los deathmetaleros Monstrosity; banda que también editó un nuevo y excelente álbum recientemente: The Passage of Existence) y Sam Molina en el bajo y voz, quien también tuviera una militancia como guitarrista y voz en los Monstrosity (Rise to Power de 2003)… ¿será por esto que tiendo a reconocer elementos de esta banda en el actual Terrorizer?
Bueno, sea como sea, estamos frente a un poderoso nuevo álbum, que suena a la altura que merece una encarnación musical como esta, que consta con la nada despreciable cuota de 14 temas (la mayoría no supera los 4 minutos) y en donde por lo general, el nombre del track es también el coro de la canción (lo que hace fácil su distinción y recordación).
Quizás, la voz de Molina me resultó algo monótona (sin variaciones durante toda la placa), pero cumple en el sentido de continuar con el estilo que plasmara Oscar García (Nausea, Unknown Death) en el primer álbum. Cosa que colabora a que Terrorizer siga sonando a Terrorizer.
Lo mismo la guitarra, que cumple con la labor de perpetuar el sonido propio de la banda, pero que a diferencia del vocal, en ciertos tramos, integra algunos elementos nuevos y diferentes a la formula original, que no me parece encajen al 100%… ahora, puede que a algunos les parezcan bien…
Obviando estos detalles, el resto es todo positivo. Todo lo que se podía esperar de Terrorizer está presente.
Lo único que quedaría pendiente, seria tratar de recuperar algo de esa magia del disco de 1989; cosa difícil (no imposible), ya que para eso no hay fórmulas que la aseguren….
WOLFGANG DEMUTH