Cyclone Empire, 2016
Hay álbumes que se convierten en lugares determinantes de posteriores trabajos, pues establecen parámetros que agrupaciones futuras desarrollaran en sus trabajos musicales y artísticos. Se trata de esfuerzos personales, de visiones espirituales y de expresar inquietudes grupales que se convierten en un punto de partida para otros, y en un estadio temporal para ellos. Se trata, en definitiva, de situaciones radicales que convierten a un álbum en un elemento crucial.
Cuando Anathema, Paradise Lost y My Dying Bride dieron un giro en sus carreras (los dos primeros de forma radical, y el tercero de forma tenue pero visible), casi sin quererlo influenciaron a otras agrupaciones a pensar en que se puede hacer Metal sin ser estridentes, guturales y en extremo agresivos. Es desde ellos que se considera el lado melancólico y romántico como una herramienta más al servicio del espíritu metalero.
Hubo otras tantas agrupaciones, generalmente ligadas al Doom Metal, que supieron seguir sus inquietudes más personales y plasmarlas de una forma melancólica, romántica, armónica, con vocalizaciones limpias y profundas y que hicieron del concepto de Metal Gótico un lugar común a las audiencias. El siglo XXI supo valorar el florecimiento de la escena Doom Gótica.
Quienes han sabido abrazar este estilo musical es la agrupación italiana The Foreshadowing. Desde su primer trabajo, Days of Nothing, del año 2007, que transitan una ruta ligados a sonidos pasionales, melancólicos, apesadumbrados y llenos de desolación. La limpieza de sus vocalizaciones entregan otras formas de emociones, directas y transparentes.
Con tres LP a su haber (Oionos y Second World, del 2010 y 2012 respectivamente) han consolidado una idea musical, la cual encuentra su reafirmación en su próximo LP a editarse en el mes de abril; Seven Heads Ten Horns es un álbum que a través de nueve temas mantiene esa idea-fuerza de The Foreshadowing: mucho criterio al componer y un riguroso respeto por la premisa de que la melancolía es el fuerte.
Siguiendo la línea de sus álbumes anteriores, continúan con el sonido que se desenvuelve entre el Metal y el Rock alternativo, con composiciones en una sola línea, en donde las variaciones son tenues, y el esfuerzo esta puesto en no salirse del libreto, dado que la idea resulta, tiene fuerza y está bien presentada.
Siguiendo esta premisa, Seven Heads Ten Horns presenta en poco más de 55 minutos un trabajo contundente, que demuestra seguridad y solidez. Los años no pasan en vano, y gracias al esfuerzo han podido establecer una premisa que demuestra carácter, voluntad, crecimiento, concordancia y firmeza en la idea madre.
Recomendado para seguidores de la carrera reciente de Cryptal Darkness, lo nuevo de Lacrimas Profundere, Anathema, Entwine y los cultores del Metal romántico.
Felipe Reyes