Apocalyptic, 2015
¡La espera terminó! Al fin podemos tener en nuestras manos el esperado nuevo disco en estudio de los comandantes de la oscuridad, TOTTEN KORPS, conocidos en nuestro país por haber sido uno de los pioneros del Death Metal local junto a otros como ATOMIC AGRESSOR, DEATH YELL o SADISM, por nombrar sólo algunos. Más aún, se les recuerda por su particular estilo y manera de ejecutar este sonido con un vocalista como Gerardo Valenzuela (R.I.P.) que marcó un antes y un después en la materia. Tras su repentino fallecimiento (2010), y a pesar de que en esos tiempos el grupo no estaba precisamente activo, el grupo sufrió las consecuencias.
Debido a eso, la historia de esta banda es hasta el día de hoy confusa y con muchos altos y bajo, sobre todo en lo que respecta a alineación. Varios músicos entraron y salieron a lo largo de los últimos años. Eso sin duda provocó un caos interno que dilató inevitablemente tanto la salida y reinvención de este perturbador y catártico disco, sino que incluso el primero que alguna vez grabaron con el difunto Gerardo y que hasta el día de hoy, yace oculto y sin haber visto la luz. Misterio y secreto que será mejor dejarlo ahí.
Entrando en materia, tras escuchar este disco, se puede concluir que la espera valió la pena. Es un disco que está a la altura de lo que podríamos esperar de ellos. Lo hizo ATOMIC AGGRESSOR el año pasado con Sights Of Suffering y este año el turno fue de TOTTEN KORPS. Seguramente el 2016 será el desafío más grande para DEATH YELL, ya que la vara ha sido dejada muy alta.
Supreme Commanders Of Darkness abre el camino de la destrucción como era de esperarse, con una intensidad y vehemencia a la altura de este acto, y con músicos nuevos que han aportado a darle un nuevo respiro y marca registrada al grupo. Junto a Francisco Torres -guitarra y único miembro original-, destaca el aporte de Cristian Soto -guitarra-, quien no sólo ayudó a construir los nuevos cimientos del grupo, sino que produjo este disco de manera muy meticulosa, logrando un resultado formidable. Al abanico de novedades se suman Alejandro Arce -baterista-, quien tiene su prestigio en la escena local por su gran habilidad con los tarros; Andrés “Sadax” Peña -vocalista-, completa la sinfonía de odio con su particular forma de vocalizar ya conocida en GODAGAINST, otro acto nacional que subió escalones en esta escena gracias a su energético y despiadado sonido. Se suma además, Karol Tapia -bajo-, músico que según entiendo no grabó en este registro, pero sí forma parte de la actual infantería.
Destacar temas resulta complejo ya que todos están a la altura. Eso se nota.
The Black Flame of the Underworld pasa por nuestros oídos de manera veloz y caótica. La sigue El Antiguo Maestro de las Pestilencias, único corte que asumo es cantado en español, ya que hay que reconocer que poco se puede descifrar de las maldiciones que vomita el señor Sadax.
La característica dominante en este registro es una pulcritud y especial forma de ejecutar los tracks. Todos, totalmente veloces y al ritmo de riffs que introducen melodías y espacios, generando respiros y buenas armonías. Es el balance perfecto que uno podría esperar sentir en discos Death Metal, que no se tornen monótonos y planos. El duelo de Torres y Soto en guitarras logra esa sincronía. Maldición y técnica en un solo camino.
Temas como The Legacy of Leviathan (Shadows from the Depths) logran capturar la magia necesaria para sentirse dentro del bajo mundo. Nailing nos seduce con riffs agudos y penetrantes, mostrando una faceta diferente, pero endemoniadamente idónea para acompañarnos. Los cambios de ritmo y movimientos se hacen cada vez más acertados. Cuesta seguirlos y memorizarlos. Arce, se luce demostrando que a pesar de haber dedicado gran parte de su experiencia como músico tocando a otra velocidad con los desaparecidos MAR DE GRISES, acá parece estar desatando toda esa furia acumulada en los años previos a dejar NORPHELIDA, banda que merece a gritos una resurrección en algún formato digno para ser escuchado.
Tortured Souls from the Paths of Perdition cierra el ciclo demostrando por qué fue elegida para sonar al final. Me recuerda un poco al viejo TOTTEN KORPS era Our Almighty Lords (Toxic Records, 1992), una de mis favoritas del grupo. El track posee ese veneno y onda necesaria para entrar directamente a tu cerebro y detonar el caos y oscuridad respectiva. Lenta y arrastrada pero a veces consumida en odio y destrucción.
Para ser un disco tan esperado, creo que hubiera sido buena idea incluir letras y detalles de quien hace los solos de guitarra en cada tema; información que a todos nos gusta saber de nuestros discos de cabecera. Asumo que de existir una edición en vinilo, vendrá toda incluida.
Ahora, si comparo este trabajo con el sonido original de TOTTEN KORPS, creo que pocos podrían descifrar que se trata de la misma banda. La esencia y magia original es difícil percibirla hoy. Esto genera confusiones para algunos ya que perfectamente podría haberse manifestado todo este trabajo en una banda nueva, pero hay que aceptar las decisiones que músicos como Torres han tomado para continuar el legado de este legendario grupo que se niega a tirar la toalla, y se pone de pie para golpear firme la mesa, dejando en claro de qué están hechos ahora.
Confirmamos aún más que el actual estado de salud del Death Metal chileno está a un nivel superlativo dentro de la región, ya que no es sorpresa que la mayoría de sus referentes y nuevos rostros, hayan editado trabajos por sellos extranjeros en todos los formatos actualmente disponibles (CD, vinilo, tape). La lista es muy larga para entrar en detalles.
TOTTEN KORPS ha dejado claro que la flama negra seguirá ardiendo intensamente, rigiendo nuestro camino hacia la eterna oscuridad.
Andrés Padilla