Metal Blade/Icarus Music, 2015
Durante octubre del año pasado vio la luz el último disco de esta particular banda llamada ANAAL NATHRAKH, de quien muchos se están desayunando por estos tiempos de su existencia, pero sepan que estamos ante una banda con ocho discos a cuestas y que lleva 17 años en la ruta hasta aquí.
Irrumator (bajo, guitarra, programación) y V.I.T.R.I.O.L. (voz) son los componentes activos de esta banda nacida y criada en Birmingham (Inglaterra) en 1998.
El estilo de estos ingleses remite a la raíz más cruda del Black Metal pero mixturada con el Grindcore y el Metal Industrial, algo que sin lugar a dudas no es para nada fácil de digerir, pues, en consecuencia, la escucha primera se hace algo caótica al converger más de una influencia en conjunto.
El arranque instrumental de casi cuatro minutos de duración es algo extraño, pero hasta diría consecuente con el estilo del grupo en Acheronta Movebimus, el cual abre paso para que Unleash arremeta con su virulencia sónica, representando fielmente lo que esta agrupación representa en cuanto a sonido se refiere.
Monstrum in Animo a continuación mantiene la tensión incorporando sonidos industriales, atmósferas algo más cerradas si se quiere, y a su vez sumando riffs melódicos, apuntalados por varias capas de voces en diferentes armonías.
Lo mejor del disco, y de la banda, se da cuando en los estribillos voces limpias copan la parada, pues en esos pasajes uno tiene la sensación que las mismas le caen justo a su concepto musical. Pasajes como los vividos en Idol (primer corte del disco y video promocional de éste), con grandes resultados obtenidos por la correctísima composición y posterior producción dan cuenta de ello.
El resto del álbum mantiene esa idea de paisaje post-apocalíptico mezclado con Black Metal y mucha, pero mucha bronca. Es como si no fuera suficiente tocar el estilo sino que impregnarle toda esa maldad se vuelva casi una necesidad imperiosa.
No es para cualquiera, pero es para todos los que buscan algo diferente dentro del Metal Extremo. A sacar sus propias conclusiones y explorar un poco…
Gustavo Piccini