Angelic Dread
Hell’s Headbangers Records, 2014
Y llegó… Después de siete años podemos escuchar el cuarto LP de Nunslaughter, el cual lleva el nombre de Angelic Dread.
Recordemos que estos bastardos llevan destrozando oídos y blasfemando a todo lo relacionado con Cristo desde 1987. Su música, autollamada “devil metal”, es ideal para los amantes del Death Metal de la vieja escuela, pues el sonido de Possessed, Venom y Repulsion trasciende su música de manera permanente. Es decir, un Metal crudo y primitivo que destroza todo a su paso.
Para esta grabación el line up de Nunslaughter fue el mismo con el que hace años vienen vomitando su sacralidad: La impecable y mórbida vocalización de Don of the Dead; psicóticas cuerdas ejecutadas por Zack Massacre y la bestialidad con que Jim Sadist golpea los tarros.
La producción del sonido es a toda raja. Angelic Dread suena sucio como si estuvieran tocando en un galpón, pero con la calidad de Hells Headbangers Records. El álbum se presenta con 2 discos: quince pistas sólo con nuevo material y dieciséis que antes sólo estaban disponibles en varios 7″, los cuales fueron re-grabados para esta versión.
Vale destacar que Nunslaughter se nos presenta con más convicción que nunca en su estilo. Sus blasfemas letras dejarían con cagadera a todos los pechoños de este país sentados en el diván. Sus riffs son asesinos. La batería sacude tu cráneo con la agresividad propia de una profanación. Es decir, la violencia de sus composiciones, que no alcanzan a superar en promedio los tres minutos, te mantienen con la sangre en ebullición en todo momento.
La carnicería se inicia con el tema que da título al álbum: Angelic Dread te hunde bajo tierra con un par de pegajosos y veloces riffs, una batería que ejecuta quiebres propios del Death Metal old school, y la chacal vocalización, llena de blasfemos mensajes. Sin duda que el mosh se desataría inmediatamente en cualquier sala de conciertos.
Asi mismo, Nunslaughter mantiene esa mezcla única de profesionalismo y humor que sus seguidores tanto disfrutan. Me cagué de la risa con varias “pelás de cables”, sobre todo en el tema Sickened by the Sight of Christ, en donde luego de una regurgitación muy real, terminan puteando a Cristo.
La retorcida música de estos norteamericanos no afloja nunca. Son en total 31 temas llenos de poder. Hay maravillosos riffs, bastante simples, pero que quedan en tu cabeza dando vueltas todo el día. El ritmo de la batería cumple a cabalidad dar la coherencia necesaria para la ejecución de su “Devil Metal”, cual bestial mazazo en la nuca. Y la voz desgarradora llena tus oídos de maldad.
En síntesis, un gran álbum para los fanáticos del Death Metal, sobre todo para quienes gustan del sonido de la vieja escuela. Escúchenlo. Sus satánicas blasfemias poseerán tu ser, arrastrando tu alma al purgatorio… Y si esto no ocurre, simplemente te destrozarán el mate.
Miguel Ferrer Vergara