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Esta publicación podría considerarse una máquina del tiempo, una que te lleva a la California de principios de los 80s, en donde algunos inadaptados descubrieron bandas de NWOBHM y en base a los sonidos de Maiden, Motorhead, Angelwitch, Venom, Satan, Raven y otros empezaron a crear su propio sonido, su propio destino....y de paso marcaron el destino y el soundtrack de la vida de millones de personas en el mundo. En rigor es un libro de fotos, pero es bastante más que un libro, es un registro vivo de una época ingenua pero honesta, libre de pretensiones y del interés económico de la industria musical y que fue la cuna del Thrash metal.
El invaluable registro gráfico de este libro presentado por Harald Oimoen y Brian Lew, está hecho no desde fuera, no como espectadores, si no que por insiders, ambos fueron participes de todo el movimiento, estaban en la tomateras, carretes, y conciertos de los tempranos Metallica, Megadeth, Testament (en aquel entonces Legacy), Exodus, Possessed, COC, Suicidal Tendencies, Slayer y tantos otros.
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Harald Oimoen, vio su nombre reducido a Harald O por nada menos que Cliff Burton, y su trabajo fotográfico aparece en uno que otro disco "sin importancia" tales como “Kill Em All”, “Bonded By Blood” y “Hell Awaits”. Olvidaba decirlo, este señor hoy toca en DRI !!!.
Interesantes anécdotas de esos tiempos, algunas hilarantes y otras atemorizantes (si tienen el libro, lean lo de Possessed). Brian Lew nos cuenta su conexión con Metallica, Ron Quintana y otros próceres, como se hacía todo por correo, los primeros fanzines fotocopiados en los que participó, las primeras entrevistas (no Padilla, no estamos hablando de ti, es Brian Lew, las similitudes son solo "casualidades"). Brian estuvo en el primer show de Slayer (usaron delineador de ojos y con rollos de papel higiénico Brian y sus amigos les hicieron saber que eso era de posers!!), estuvo en la prueba de ingreso de Cliff Burton a Metallica y otros tantos hechos que pueden ser considerados como hitos en la historia del género musical que amamos.
La publicación es una recopilación de registros gráficos, no debe ser tomada como una relación histórica o un análisis académico de la época. Las fotos están increíbles, Slayer muy pendejos tocando en un parque de día, solo con jeans y poleras ante unas 100 personas, Metallica con Mustaine algo afectados por el alcohol tocando en clubes y bares, Forbidden, Testament, el GRAN Paul Baloff de Exodus (probablemente el peor cantante de thrash pero a la vez el mejor aunque suene contradictorio), fotos de algunos stage diving que parecen desafiar la gravedad, sesiones de fotos de Possessed llenos de sangre, cruces al revés, cuero y metal.
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Para complementar, hay interesantes insertos con comentarios y recuerdos de la época de Gary Holt, (Exodus) Alex Skolnick (Testament), Ron Quintana (Metal Mania Mag) y Rob Flynn (Violence).
Todo lo retratado y relatado en este libro ocurrió entre el 82 y el 85. Las similitudes de todo tipo con lo que pasó acá en Chile a mediados de los 80s son muchas, lo impresionante es que todo ocurrió acá muy poco tiempo después en un mundo sin internet. Esto me lleva pensar, aplicando cierto realismo mágico y no sin arrogancia que la falla sísmica de San Andrés en California estaba conectada con las fallas del Pacifico Sur y eso hizo que en Chile el thrash metal llegara tan temprano y con tanta fuerza (incluso antes que en otros países de la región).
No sé cuantas copias se han hecho de este libro, no me cabe duda que en un par de años será un objeto codiciado en ebay. Sencillamente de CULTO.
[Carlos Briones]
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