Aunque este 15 de marzo de 2012 se cumple un año del debut de los brasileros DEATHRAISER, llamado acertadamente Violent Aggression, no está demás hacer un review. Mal que mal la cantidad de discos que aparecen cada año hace imposible estar al día con absolutamente todo lo que pasa en el underground y siempre hay discos que se pasan y quedan olvidados. Al menos hemos rescatado este. A todo esto, esta banda solía llamarse MERCILLESS y el logotipo era muy parecido al del nombre nuevo.

No requiere ser un genio para darse cuenta que DEATHRAISER es una banda de thrash metal, inspirado en la vieja escuela y que no tiene problemas con aquello. Desde la carátula, pasando por el logotipo, el diseño de la contratapa muy a lo Ride The Lightning, y los títulos de las canciones, más la música en sí, todo es un tributo quizás inconsciente al querido thrash originario de los ochenta. Nada nuevo bajo el sol, más de lo mismo, dirán muchos, y es cierto, esto no tiene nada de novedoso pero no creo que ser novedoso sea lo que la banda quiere o pretendía hacer. Claramente no. La banda seguramente quiso hacer un buen disco thrash metal y punto, y lo consiguió. Y esa es la gracia del debut de los brasileros, que se trata de un buen disco, aunque lejos está de ser una obra maestra.

Si lo que buscan es originalidad, esta no es vuestra banda, pero si quieren escuchar buen thrash metal en la vena de los clásicos de siempre, este es el disco que debieran poseer, aunque el peor defecto aquí es lo parecido de las canciones entre sí. Este es el típico disco del cual escuchas una canción y ya las escuchaste todas. Aquella falla, presente también en VIOLATOR, y los nombro ya que ambas bandas están en la misma parada, es lo que diferencia al nuevo thrash de los clásicos. De principio a fin todo es machaque y riffs ultra rápidos, sin espacio para matices y en eso si que se diferencia este disco con los clásicos de antaño.

Así, aunque uno quede asombrado con la violencia sónica desplegada en los primeros respiros de vida de esta placa, a medida que avanza se va haciendo más tedioso y eso que el disco apenas dura 27 minutos. Insisto, el hecho de que las canciones se parezcan tanto entre sí, le quita méritos a lo que de otra forma sería un álbum espectacular. Después de todo, si ciertas ideas musicales se agotaron en una canción, ¿para qué volver a ocuparlas en una segunda canción? Vayan a los discos clásicos, escúchenlos de nuevo, por milésima vez, y se darán cuenta que las canciones no se parecen entre sí. Está la onda, que traspasa todo el disco, pero por ejemplo, si agarran el Reign In Blood se darán cuenta que cada canción es distinta a pesar de que la rapidez está siempre presente. Y es este defecto lo que esta banda proveniente de la localidad de Leopoldina, Minas Gerais tiene que mejorar si quiere llegar lejos.

[ Carlos Ávalos ]