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AUTOPSY : Desenterrando el pasado con Chris Reifert Por Andrés Padilla

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Texto Grinder # 29 Enero 2012


AUTOPSY: la verdadera marca registrada del Death Metal americano.

Desde San Francisco, California, ciudSi pensaron que hacer Death Metal pasados los cuarenta años era como encontrar una aguja en un pajar, ¡¡se equivocan!!. Chris Reifert (41, batería/voz), junto a sus entrañables amigos Danny Corales (guitarra) y Eric Cutler (guitarra) decidieron ponerse a prueba. El resultado de este embrujo es un demoledor disco “Macabre Eternal”, en donde demuestran sin asco que por algo son una de las bandas más respetadas de este movimiento subterráneo. Con este probaron que el tan manoseado y desgastado género sigue vivo gracias a la vitalidad que tiene esta placa editada por la siempre amigable casa disquera inglesa Peaceville Records. en donde Chris construyó su hogar junto a su esposa e hijo, la familia Reifert se acostumbró al hecho de que el dueño de casa sea la cara representativa de una de las bandas más significativas del Underground (UG) Death Metal. Un estilo poco comercial y alejado de los estereotipos del marketing contemporáneo. “Me crié en un hogar donde siempre había música sonando o disponible para escuchar”, revela Chris desde su calurosa ciudad, tratando de explicar un poco cómo nació su pasión por la música. “Mis padres”, agrega, “disfrutaban cosas diferentes desde música clásica, folk o el blues y jazz, The Beatles y todo eso. Además, ambos tocaban música, por lo tanto desde que nací siempre estuve expuesto a diferentes sonidos”, asegura.

Hoy convertido en toda una leyenda para generaciones que ven el Death Metal como una marca registrada, Reifert y sus amigos se han tomado las cosas con calma. Sin apurarse ni cometer errores.

Tras escuchar el EP “The Tomb Within”, los resultados hablan por sí solos. “Estamos muy contentos en cómo salió este trabajo. Suena como Autopsy, lo que es importantísimo para nosotros” afirma.Tan aplastante como sus primeros dos discos, tan crudo y al mismo tiempo bestial como los trabajos ochenteros, “The Tomb Within” (EP 2010) retomaba nuevamente el camino que este clásico cuarteto había abandonado a mediados de los noventa. Ese fue el puntapié inicial para regresar a los escenarios, a la rutina de tocar y despedirse de su familia para estar “on the road”.


Un pacto que no se rompe
Si hay algo que ha caracterizado la política del sello inglés Peaceville es su creatividad y visión para encontrar a los talentos adecuados. La manera de trabajar que tiene esta etiqueta inglesa se diferencia de muchas otras cuando vemos una estrategia ejemplar en su forma de promocionar los nuevos lanzamientos. Ya sea editando singles o Eps. En el caso de Autopsy y varios otros artistas de esta etiqueta, lanzar un EP de corta duración se ha convertido en la fórmula efectiva para este tipo de bandas que perdieron la práctica de ataño. “En este caso el Ep no es sólo un single para promocionar el nuevo disco”, asegura Reifert, “sino que es una entidad por si sola”.

El temor que muchos seguidores de Autopsy tenían era que “Macabre Eternal”, quedara en el olvido. “No hay temas reciclados ni repetidos en el álbum, sólo material nuevo”, subraya. “Teníamos muchísimo material escrito para un disco”, comenta Chris como explicando la razón por la cual editaron primero el EP. “Además”, agrega, “es una excelente forma de mantener satisfecha a la gente que estaba esperando el nuevo disco”.

Muchos de nosotros ya quedamos tranquilos y al escuchar las sinfonías de “Macabre Eternal”, podemos concluir que Autopsy sigue vivo. Demostrando al mismo tiempo que son una de las pocas bandas que supieron revivir los mejores días de su sonido. “Este disco es tan asesino y pesado como el infierno”, asegura Reifert. “Guardamos lo mejor de nuestro material para el disco, pero nunca quisimos hacer un trabajo que fuera de 80 minutos de duración, hubiera sido condenadamente muy largo.” alega.

 

“Con el EP “The Tomb Within” la respuesta ha sido más que satisfactoria, incluso superó nuestras expectativas, lo que es muy reconfortante”, confiesa Reifert. “Nos preocupamos muchísimo de componer y dejar que cada canción pudiera madurar naturalmente.” añade. “Lo peor que podríamos haber hecho como Autopsy era editar algo mediocre sólo para tratar de vender Cds o algo parecido”, admite tajantemente. “En ese caso, hubiera sido mejor simplemente no hacer nada”, subraya. Los resultados hablan por sí solos. Tanto “The Tomb Within”, como “Macabre Eternal” rebalsaron de pedidos a los principales distribuidores del mercado. Los discos figuraron entre los más pedidos por los amantes de esta música.

 

El gurú del Death Metal
Dentro del UG mundial, Chris Reifert es una figura consagrada. Considerado como uno de los pilares de la segunda generación Death Metal de los ochenta, su nombre y banda figura en cualquier lista de favoritos de todo amante del estilo. Una especie de Gurú dentro del estilo.

“Me han contado que la gente se decepciona de mí cuando se enteran que no vivo en una alcantarilla húmeda llena de ratas y gusanos podridos”, comenta el calvo baterista cuando lo interrogo sobre su rutina diaria, “así que prefiero no arruinar esa linda imagen que tiene la gente de mí”, agrega con algo de humor.

Y claro, lo importante acá es la música y lo determinante que ha sido la carrera artística de Reifert en el movimiento metalero. En donde ha estado (Death, Autopsy y Abscess) siempre ha dejado huellas imborrables. Y eso sin contar los innumerables proyectos en donde ha sido invitado a colaborar, entre ellos el manifiesto sueco Murder Squad.

Varios libros recientemente editados, como la colección de los fanzines noruegos Slayer Mag o el primer libro dedicado al Death Metal sueco, tienen extensas introducciones hechas por Reifert. Si eso no prueba que es palabra de respeto, creo que sería difícil probarlo de otra manera.

Curiosamente aún es el único o uno de los pocos músicos privilegiados en tomar las riendas de baterista y vocalista simultáneamente. Eso le da un punto a favor y quizás le da el toque pintoresco a su estilo de vida.

Su pasión por la música comenzó cuando sus propios padres lo motivaron desde pequeño. “Fueron ellos los que me iniciaron en la música”, recuerda. Y fue precisamente una batería la que sus padres le regalaron a sus doce años. “Nunca mostré mucho interés por los deportes o algo parecido, así que imagino que mis viejos pensaron que podría aprender un instrumento”, comenta. “Lo que me sorprende es que hayan elegido una batería que es tan ruidosa al tocarla. Bueno, fue una usada y muy barata, pero me encantó”, asegura.

Al corto tiempo, y luego de tomar algunas lecciones para aprender a golpear el instrumento con un compañero de colegio amante del Jazz, Chris se sentía confiado que su futuro estaría detrás del kit de fierros. “Siempre recuerdo las técnicas que me enseñó y trató de incorporar mi “profesor” de batería. Su aporte fue clave”, afirma, concluyendo que “hasta el día de hoy”, recalca, “he amado cada minuto mientras me siento detrás de una batería”.

Sin embargo, como todo músico que aprende desde chico un instrumento, la curiosidad, las ganas y el entusiasmo por devorar más y más música, hace que las personas vayan construyendo su propio camino, manifestándose lentamente como autodidactas. “De alguna manera creo que he seguido el camino de hazlo tu mismo, revela Reifert. “Sé que al principio tomé clases para partir en esto, pero muy pronto pensaba en maneras de hacer más interesante mi forma de tocar y nadie me mostró como hacerlas o cosas así, entonces tuve que aprenderlas por mí mismo. Con la guitarra pasó igual”, añade.

Como muchos otros que se han mantenido fieles a la doctrina del “hazlo tú mismo”, Reifert canalizó sus energías dedicándose a tocar lo que mejor sabe hacer: Death Metal. Ya sea con la batería, guitarra o micrófono, su objetivo siempre era el mismo. Crear el más destructivo, podrido y sucio sonido que representase fielmente los patrones básicos del Death Metal.
Hoy, sus experiencias las ve de una manera positiva y nutritiva para su organismo. “El movimiento underground es lo que es”, plantea. “La gente viene y se va. Algunos están siempre ahí, nunca se cansan”, agrega. Aunque su mensaje más importante es otro: “El metal está siendo más apreciado que nunca, lo cual es grandioso en mi opinión”, confiesa. Tanto para él como para muchos de nosotros, “El metal es muy importante en la vida de muchas personas, incluyendo la mía”, asegura. “El desafío”, agrega, “está en encontrar a los músicos adecuados”. “De todos modos las cosas caen por su propio peso y cualquier cosa que haya pasado en torno a la banda, con los años se transforma en algo positivo para nosotros, lo que me complace mucho”.
Son esos músicos adecuados los que permiten generar un lazo de sangre a través de los años. Una unión perpetua que les da esa posibilidad de volver a sentir el cosquilleo de ejecutar tus viejos temas favoritos y darles vida nuevamente arriba de un escenario. Eso es lo que percibo en este caso, Autopsy no arruga, no destiñe.

No debió ser fácil tomar la decisión de volver a tocar con el nombre de Autopsy. Nadie duda de eso. Cuando le planteo la interrogante, él es enfático y certero: “fue una decisión de tres personas”, declara. “Entre Eric, Danny y yo estábamos teniendo cada vez más y más interés hacia la banda”, afirma.Luego de la disolución de Abscess, un sórdido proyecto que inyectaba mucho Punk, Death y Grindcore a nuestros oídos, “decidimos por primera vez en muchos años que era la ocasión ideal para volver a reformar Autopsy”, detalla Chris. “Con todas esas cosas pasando al mismo tiempo, se nos abrieron las puertas para reactivar Autopsy. El tiempo fue perfecto”, subraya.

La música de Autopsy es perversa, abrumadora y sangrienta. Está envuelta en “pura oscuridad y un aplastante y pesado death metal”, detalla Reifert. Álbumes como “Severed Survival” (1989) o “Mental Funeral” (1991) son simplemente gemas casi comparables con el oro. Quien no se haya envenenado con estos clásicos, simplemente no existe. Desde entonces, bajo el alero y apoyo incondicional de la etiqueta Peaceville, Autopsy construyó su propio lenguaje. Con códigos y estética sumamente rupturista consiguieron cautivar a miles de incondicionales dispuestos a seguirlos en todos sus pasos. “Nada más que puro, oscuro y devastador death metal”, es como Reifert resume su visión de Autopsy.



Fieles al Underground

Lógicamente el papel fundamental que juegan los fanzines son claves para el nacimiento, desarrollo y fortalecimiento de una escena underground. En ella, no todas las entidades artísticas se ven del todo beneficiadas. Sólo aquellos elegidos, o premiados los que hoy gozan de un estatus de culto y seguimiento acérrimo de sus fans. Autopsy es una de estas bandas que gracias al talento y paciencia, hicieron de su nombre y estilo un eslabón en este inmenso movimiento.

“Desde mediados de los ochenta hasta ahora hemos estamos en contacto con montones de fanzines. Al principio,” cuenta Chris, “le escribíamos a todos los fanzines que podíamos y les enviábamos nuestros demos. Así”, recuerda “las revistas grandes nos comenzaron a contactar, lo que fue muy emocionante para nosotros”, asegura. “Los fanzines Underground”, agrega, “tuvieron un impacto masivo en el mundo del Death Metal, ¡no hay duda al respecto! Personalmente, he encontrado muchísimas agrupaciones interesantes leyendo fanzines. Comencé adquiriéndolas al rededor del ’84 o algo así. Encontré una copia de la revista Kick Ass en una tienda de discos de la zona y no podía creer la inmensa cantidad de material que había dentro de esas páginas.”

No muchas bandas se dan cuenta de que el camino para envenenar el underground debe abrirse a través del circuito subterráneo de los fanzines. “Esta fue la piedra que abrió la puerta hacia el gigantesco mundo del metal”, confiesa Reifert. “Como músico”, insiste, “los fanzines fueron la mejor forma de poder hacer que tu banda fuera escuchada. Aún siguen siendo muy importantes y vitales para el UG, por lo mismo, me gustaría que existieran más y más fanzines impresos. No para competir con las páginas webs, pero sin duda que no hay nada como un buen fanzine impreso.”

Inspirados por el sonido Sueco
Como cualquier otra banda UG del planeta, Autopsy inició su carrera buscando en el extranjero sonidos más cruentos y salvajes con los cuales intercambiar propuestas musicales. Obviamente la prominente y emergente escena sueca de aquellos años fue clave para convencer a Chris Reifert y sus secuaces que ellos estaban en el camino correcto. “En sus inicios”, explica el baterista, “la escena sueca estaba explotando con un hambriento y sediento grupo de jóvenes Death metaleros que les salía espuma de sus bocas con tal de expulsar la brutalidad a todo el resto del mundo.” Nombres ahora cotidianos como Nihilist, Dismember, Grave, Unleashed, etc, ahora forman parte de los ingredientes básicos para dar con la fórmula correcta del Death Metal. “Hubo una cantidad asombrosa de buenas agrupaciones que emergían cada día de esas latitudes”, recuerda Reifert, “Afortunadamente, nosotros estábamos en contacto con muchos de ellos, de alguna manera alimentándonos de su hambre y energía. Incluso hasta el día de hoy aún estamos en contacto con algunos de ellos.”

Por supuesto, la escena sudamericana de aquellos años, llámese Sarcofago, Vulcano, MX, Masacre (Colombia), Hades (Perú) o bandas compatriotas como Pentagram o Atomic Aggressor, eran algo familiar para los integrantes de Autopsy, aunquenunca influyeron en su sonido.

Chris es franco al recordar que “de vez en cuando escucho alguna banda nueva y brutal que viene desde Chile o Sudamérica”, aclara, “No tanto como años atrás, aunque siempre me gusta saborear el auténtico feeling metalero que es necesario en una banda que se supone es seria en sus asuntos. Y en Sudamérica hay mucho de eso”.

Musicalmente y con varias décadas detrás de un instrumento, Chris se siente tranquilo y afortunado “Me encantan ambas cosas”, responde cuando lo cuestiono si prefiere tocar batería o cantar. “Puedo beber mucho más alcohol antes de grabar voces, lo que se opone si tengo que tocar la batería, lo cual es bueno”, confiesa sin tapujos, agregando que “es muy bueno tener ese balance”.

Ese mismo balance se vio reflejado en lo opuesto que era tocar con Abscess, agrupación bastante dispar y ajena a lo que fue la propuesta sonora de discos como “Severed Survival” o “Mental Funeral”. “ Abscess” , aclara el músico, “siempre tuvo como una actitud más de tipos perdedores. Había un espíritu Punk mezclado con el Death Metal”, recuerda agregando que, “también teníamos la libertad de incorporar diferentes tipos de riffs siempre y cuando salieran brutales y crudos. Todos en la banda estábamos tratando de hacer algo aplastante. En cambio la onda de Autopsy era más rígida y algunos de los temas son mucho más complejos, a pesar de que puedan sonar crudos y sin pretensiones”.
En el fondo, músicos como Reifert demuestran ser apasionados en lo que hacen y es obvio que concluyan declarando “que ambas bandas son importantes”. En eso, nadie puede cuestionarlo. “Para ser completamente honesto”, interrumpe, “amo cada grabación de la misma manera. Nunca hemos grabado algo que no nos sintamos al 100%, aunque cada disco tenga su propio sonido, sensación y presentación.”

Abscess alcanzó la cima de su crecimiento cuando el emergente y subterráneo sello noruego, Tyrant Syndicate -dirigido nada menos que por Fenriz de Darkthrone-, editara lo que sería el sexto y último registro larga duración del grupo: “Dawn Of Inhumanity”. La placa salió editada bajo licencia de Peaceville donde Fenriz tiene libertad de cumplir todas sus fechorías. Extrañamente el registro no logró atraer la atención de la mayoría y de alguna manera tras la salida del guitarrista Clint Bower (ex Hexx), Abscess decidió que era hora de poner una pausa indefinida a su carrera.

El inevitable reciclaje que está sucediendo dentro del Death Metal en una constante que se repite infinitamente. “Macabre Eternal tiene mucho de eso. Está exquisitamente bien logrado, pero está claro que usaron las mejores herramientas para cavar en lo más profundo de sus cráneos y desenterrar los mejores riffs de aquellos años.

“Concuerdo en que hay muchos grupos que están reciclando el estilo”, confiesa Chris, “pero se hace más especial si escuchas una banda que realmente te pone de cabeza, o te para los pelos de la piel.”

Las limitaciones que implican estos géneros son severas y cuesta salir de esos límites. Tras la pregunta, ¿Para dónde va el metal? Reifert es directo y honesto a la vez: “Simplemente el metal está aquí y eso es todo. Sólo puede cambiar mucho cuando ya no sigue siendo ”Metal”, así que no tengo ninguna preocupación por lo que pueda ocurrir en el futuro respecto a un cambio severo dentro del estilo.”

“Como cualquier otra categoría de música”, agrega, “en cierto modo siempre existirá un tipo de restricción dentro de lo que permita el estilo, así que simplemente necesitas cavar lo suficientemente profundo para encontrar una forma única de interpretarlo a tu manera”, asegura.



No todo lo que brilla es Oro.

La carrera musical de Autopsy ha sido muy honesta y sensata. Cuando las ideas no estaban, cuando las ganas no eran las mismas, placas como “Shitfun” (CD, 1995), demostraban que el grupo no estaba del todo enchufado. No tenía la adrenalina caliente en su sangre. El descanso era inminente. Por lo mismo, hace quince años decidieron simplemente dejar las cosas como estaban. Tomarse un descanso y saborear un poco sonidos más caóticos y distorsionados con Abscess. La aventura debió ser divertida y llena de excesos. Pero al mismo tiempo la banda vivía caminos personales importantes, con otras prioridades, en este caso, la familia.

La idea de regresar, si bien siempre puede brillar mucho y provocar falsas expectativas en los músicos, suele ser la causa de las pocas horas de sueño que tienen músicos como estos, que siempre están siendo tentados por las ganas de volver.

“La principal razón fue tomar el nombre de Autopsy muy en serio” , asegura Reifert. “No era sólo tocar los viejos temas de manera efectiva, sino que también poder crear, componer y demostrar que no estábamos mirando nuestro pasado”, subraya.Seguramente el apetito que sintieron al regresar no era capaz de quitarse con un simple bocadillo. “Queríamos de todas maneras que esto fuera interesante para nosotros”, concluye tajantemente.

Una de las características más atractivas de los discos de Autopsy es la gráfica que usan para escribir las letras de sus canciones. Hechas a mano por el mismo Reifert, su caligrafía ya podría entrar en los patrones caligráficos de un computador. Es un arte divino y al mismo tiempo perturbador.

Para aquellos afortunados que coleccionan álbumes, sobre todo vinilos, saben perfectamente de lo que estamos hablando. ¿Cuántos de nosotros imitamos y seguimos los patrones usados por Chris para escribir groserías en nuestros cuadernos, o retratar los logotipos de los grupos y letras de las canciones en los cientos de cassettes que teníamos para poder apoderarnos de absolutamente todos los demos, lives o vinilos que no podíamos tener en el formato original?

“Personalmente tengo un lugar especial en mi cerebro desde donde nace toda mi inspiración”, confiesa Chris. “Tengo que estar en un estado de ánimo correcto para poder ir a ese lugar de mi cabeza. Y cuando llego ahí, me encuentro con un mar de ideas locas flotando a mi alrededor, así que es simplemente cosa de agarrar las correctas en el momento indicado. No es algo que pueda ser forzado, simplemente algo que debe ser natural”.

“Creo que son varias las cosas que tienen que coincidir, como el tiempo, circunstancias, intenciones o la química. Todas ellas deben estar ahí”, responde Chris cuando lo cuestiono acerca de qué es lo que busca en un artista cuando escucha su música. “Y por supuesto”, continúa, “esta debe ser agradable o de otra manera no tiene sentido”.

Para que un músico simplemente encuentre su camino, sin duda que la pasión es una palabra que tiene que dominar a la perfección. ¿Qué es lo que tiene a tipos como Chris Reifert tocando batería y expurgando gritos horripilantes a sus cuarenta y un años? ¿Qué es lo que lo motiva a enloquecer mientras destruye la batería al ritmo de aplastantes riffs en cada lado de sus orejas? Esas interrogantes se resumen simplemente en una pregunta básica ¿Qué es lo que amas de esta música? “Primero que todo”, replica, “¡¡absolutamente todo!!”, exclama emocionado y risueño. “Nunca la he dejado”, continúa emocionado, “así que no conozco otra forma de vivir. Es una cosa automática tenerla al frente de mi mente, cada uno de los días de mi vida. Escribir y componer es una de las mejores cosas que puede hacer un músico”. “Puede ser frustrante a veces”, reconoce, “pero increíblemente gratificante cuando una canción ha sido terminada”.

Hay algo claro en la filosofía de Autopsy y Chris Reifert es determinante en su conclusión “Todos nos preocupamos muchísimo en la composición y proceso creativo de las canciones. No dejamos absolutamente nada al azar que pueda perjudicar el concepto de Autopsy. Nunca vamos a engañar a nadie y menos a nuestros fans”.